viernes, 28 de marzo de 2014

¿Para qué tractores, sin chopsuey?

Sucede que los ticos nos convertimos en los nuevos gringos: si lo vemos desde el punto de vista de nuestra relación con los carros y las carreteras, el carro se convierte en extensión de nuestra personalidad y las vías en lo más determinante de nuestra existencia. Condenados estamos pues, a morir de contaminación y pagar impuestos para el trabajo de Sísifo de asfaltar carreteras.

El pasado 21 de marzo asistí invitado por el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos a un foro conversatorio sobre la ampliación a la ruta 32 en el tramo comprendido entre el cruce de Río Frío y la entrada al nuevo muelle que se planea construir en Moín. El objetivo de dicho conversatorio era brindar un punto de vista técnico a la polémica generada con respecto al inminente contrato con la empresa china CHEC (China Harbour Engeenering Company) que el gobierno de forma muy poco prudente intenta por todos los medios que se firme lo antes posible. El enfrentamiento reciente en el ámbito político con respecto a la firma de este contrato es harto conocido por los medios de prensa superficiales y muy politizados de entrega masiva que padecemos en nuestro país. Pero a nivel técnico existe una polémica no menos importante y podría decir que aún más fundamental que la referente al costo del proyecto y a esta polémica, que el CFIA trata de llevar a un punto más notorio de la opinión general, no muchos le han puesto la debida atención. Sucede que el proyecto de ampliación de la ruta 32 en el tramo arriba señalado, está a punto de ser contratado casi a la fuerza, en el acostumbrado estilo de imposición por berrinche que la presidente lleva acostumbrado hacer durante su tragicómico periodo de gobierno, y que sin que se le cuestione, debe ser aprobado ¨si o si¨. Pero esto a pesar de no tener en lo absoluto, ni el más mínimo estudio serio de planeamiento técnico de lo que se va a hacer o algo que remotamente se pueda tomar en serio como un anteproyecto,  el cual se debe tomar como primer paso para  hasta el proyecto más básico de ingeniería, y así evitar al máximo los imprevistos y problemas siempre presentes en una obra. Por tanto, al gremio de los profesionales en la construcción del país, le parece por lo bajo, escandaloso que se proponga firmar un contrato prácticamente a ciegas sin siquiera contar con un plan o anteproyecto que diga que es lo que se está contratando.

Es cierto que el proyecto implica diseño y construcción de la obra, pero un anteproyecto pone las bases sobre las que el diseño debería ser realizado.  Lo que el Mopt y el conavi están proponiendo hacer equivale a que si usted le proponga al chino de la esquina que le dé de comer, que este le indique cuanto le cobrará sin siquiera mostrarle el menú y todo lo demás corra por cuenta suya. Poniéndolo en términos más serios y relacionados con la ingeniería, el negocio es como si usted me contactara a mí para que le construya su casa, y me diga que quiere tres habitaciones, dos baños y cochera para dos vehículos, y que yo sin ir siquiera a inspeccionar el lote donde desea construir, le diga que es tanto, y que firmemos de una vez. No hay que tener dos dedos de frente para saber que ambas partes estamos tomando un gran riesgo y que procedemos sin ninguna cautela.  En este punto, ya podemos asumir que aunque se haya fijado un monto por el contrato, no hay manera de saber si este monto es real, dado que carece de la base técnica que de forma muy somera le podría brindar un anteproyecto. Por tanto, si se asume el contrato, el país asumiría un riesgo enorme de que existan sobreprecios catastróficos. Y si la empresa  contratista  (CHEC) presiona para la firma del contrato, se podría intuir una muy sombría intención de su parte, de enganchar por medio de créditos muy peligrosos al país. Dadas las evidentes expansiones neocolonialistas chinas de la actualidad sobre nuestro país, esta situación no está muy lejos de ser una realidad.

El viceministro Chacón Laurito, y el funcionario del conavi que le acompañaba exponiendo los criterios más técnicos (ejem) del proyecto, aludieron que a los representantes de la empresa china se les llevó a una gira de recorrido en toda la zona a ampliar y se les indicó que lo que debían hacer era ¨copiar lo que actualmente hay ¨ o sea los dos carriles existentes y puentes donde sea menester, y se les entregaron memorias de cálculo y estudios de suelos de cuando se construyó la carretera Saopín. No es exagerado decir que esto es ridículo dado que estos estudios son de hace 45 años y de antes de un terremoto que muy probablemente haya cambiado significativamente la morfología de los subsuelos de la zona. ¿Sobre esto es que los chinos calcularon los costos del contrato? Imagino que los ábacos que ahora usan deben de tener una tecnología muy avanzada.

Durante el tiempo de preguntas del público, después de que un par de profesionales de la zona tomaron la palabra para más que preguntar, externar su opinión, tomó la palabra un señor grueso de tez morena, cuya potente forma de hablar  y abundante bigote canoso denotaba estar más acostumbrado a negociar la venta de ganado que a discutir la conveniencia de modificar la granulometría para la sub base de una carpeta. Tomó el micrófono, aunque por lo alto que hablaba no lo necesitaba, y externó la gran necesidad que tiene la provincia de tener una carretera de verdad, y que todo Limón debe unirse y luchar para que se apruebe este proyecto ya o ya, y que si seguían olvidándose de la provincia, esta resolvería volverse independiente, y un montón de cosas más referentes hacer presión para que el proyecto se apruebe de inmediato. Este señor evidentemente no es un técnico y no tenía nada que estar haciendo en un foro de naturaleza técnica, pero se acercó como maniobra política de los que están a favor de darle a los chinos el proyecto lo antes posible para hacer cortinas de humo que impidan ver con claridad la problemática que se está planteando. Después de que habló, se retiró excusándose con que se dirigía a organizar una próxima marcha de presión hacia la asamblea legislativa. Los representantes del gobierno, conscientes de la buena ayuda que el politiquero les había dado, bajaron el tono un poco e intentaron relacionar el proyecto de ampliación de la 32 con la ampliación que están realizando en la carretera Interamericana norte en el tramo entre Liberia y Cañas, aunque ahí se les salió la información de que han tenido que enfrentar muchos imprevistos y atrasos. Esto me llevó a pensar en que si comparamos esa sección  donde según ellos se han dado muchos imprevistos,  y no tiene muchas poblaciones cerca y hay muy pocos puentes, como ocurrirá cuando emprendan la modificación a la carretera a Limón.  


Después de la intervención del finquero pro carretera, intervinieron dos personas más, ninguna de ellas técnicos en construcción ni de cerca opinando sobre la presión que hay que hacer para que esos ¨vagos de la asamblea legislativa¨ vuelva sus ojos a Limón, después de ellos no quedó tiempo para darle el micrófono a nadie más, pero recibieron preguntas en papelitos. Para terminar fue muy interesante que en uno de esos papelitos, un ingeniero del AyA cuestionaba como proceder dado que debía tender una tubería por el derecho de vía de la 32 para llevar agua de Liverpool a Búfalo, y en el conavi no le aclaraban por donde enterrarla dado que ni ellos tenían claro el trazo de la nueva carretera, por tanto no le podían señalar por donde la acometida del líquido no se vería dañada a futuro cuando al fin se construyera la famosa ampliación. Con esto último queda resumido el estado de la planificación de infraestructura de este paisecito tan bonito, que fue tomado por asalto por empresarios que quieren vivir como en Suiza, sin importar que sus empleados subsistan como en Haití.