domingo, 6 de agosto de 2017

La finca de uchuVas

Physalis peruviana, en este relato un mero McGuffin...

Una familia era propietaria de una finca que producía las mejores uchuvas del país. Desde su fundación, el primer dueño de la finca le vendía todo el producto a la Gran Cadena de Supermercados conformándose con lo que le pagaban, dado que esto le era suficiente para mantener su vida tranquila y lujosa, a pesar de que  la finca estaba descuidada y sus trabajadores vivían tan mal que no podían satisfacer sus necesidades básicas.

El dueño falleció y heredó la finca a su hijo mayor, que era un joven inteligente y emprendedor; este sabía que si comercializaba él mismo las uchuvas en lugar de venderlas a la Gran Cadena de Supermercados al precio que ellos dictaban, conseguiría mejores ganancias y podría mejorar y ampliar la finca así como mejorar la calidad de vida de los trabajadores de la misma, quienes vivirían más felices y como consecuencia la producción sería mejor. El heredero tenía siete hermanos de los cuales cinco le apoyaban en su idea, pero había dos que no eran muy aficionados a trabajar y habían pasado sus vidas hasta, ahora beneficiándose de lo que su fallecido padre les daba sin importarle en lo más mínimo del estado de la finca y ni mucho menos el de sus trabajadores. Desde que el hermano heredero empezó a aplicar los cambios vendiendo las uchuvas al precio justo y a otros mercados, las ganancias aumentaron y fueron invertidas en mejorar la calidad de vida de todos los que allí vivían y trabajaban por igual. Gracias a esto contó con gran popularidad entre la mayoría de sus familiares, el personal de la finca y también entre sus vecinos finqueros que también comerciaban con la Gran Cadena de Supermercados que les compraba sus productos al precio que se le antojaba. Tan significativos fueron los cambios en las ganancias y la calidad de vida de la gente de la finca de uchuvas, que los vecinos de la región se unieron para hacer un mercado común de sus productos y venderlos a compradores de otras regiones que podrían pagar mejores precios que la famosa cadena de supermercados.


A esta corporación no le estaba gustando para nada la idea de tener que pagar más por los productos que antes conseguía casi regalados y vendía carísimos, obteniendo fabulosas ganancias. Para cambiar esta circunstancia tan poco favorable para la manutención de sus yates de lujo y palacios que poseía, contactó a los dos hermanos del heredero que disentían con él y les ofreció contratos de venta personalizados si lograban que las cosas volvieran a ser como antes.

Con este fin, uno de los hermanos se encargó de boicotear la producción de la finca y de inventar patrañas sobre su hermano, el heredero, para malinformar a los restantes miembros de la familia y al personal de la finca. El otro hermano se desplazó a otras fincas vecinas diciendo que había sido expulsado de su hogar por su nuevo propietario y que el mismo no le permitía ayudar en el trabajo, dado que según su opinión la finca estaba al borde del colapso porque su hermano estaba regalando las uchuvas a los vecinos pobres que hacía tiempo habían sido apartados de la lista de proveedores de la Gran Cadena de Supermercados.

En medio de una misteriosa situación, el hermano heredero de la finca perdió la vida en un confuso accidente con un tractor.  Su última voluntad fue que el nuevo administrador de la finca fuera su hermano menor, que aunque no tenía ni el carisma, ni la inteligencia de su hermano, era fuerte y leal a la causa de continuar con el tipo de administración de la finca que el heredero había instituido. Siguió contando con el apoyo de los familiares leales y de los empleados de la finca, pero contaba con mucha más animadversión de sus hermanos disidentes. Estos le odiaban por ser de menor edad y  le consideraban tonto por su carácter humilde y su lealtad al extinto hermano.

Los odiadores vieron que con esta nueva administración, su oportunidad de hacerse con el control de la finca, podía ser más viable en vista de la ausencia del carismático líder desaparecido. Los de la Gran Cadena de Supermercados les prestaron mucho más dinero para sobornar a familiares y a empleados de la finca, además, ellos mismos difundieron rumores falsos a los vecinos finqueros sobre una mala situación en la finca de uchuvas consecuencia de su política de producción y venta y por haber abandonado la seguridad que les daba la Gran Cadena de Supermercados. Muchos de los vecinos que se caracterizaban por ser finqueros cobardes y tontos, se apartaron de la finca de uchuvas y renegaron de su antiguo interés hacia el nuevo camino que había tomado. 


En la finca la situación se había vuelto delicada, efectivamente, pero no por las razones que difundía la Cadena de Supermercados, sino por que algunos familiares que habían recibido sobornos y algunos empleados que simplemente eran cretinos y creían lo que los corruptos les decían, empezaron a boicotear la producción y hacer mal ambiente entre el personal. A pesar de que  esta gente era poca, comparada con los que estaban convencidos de que dar marcha atrás sería nefasto y hasta peligroso para toda la gente de la finca, el conflicto era real y debía acabar. Todo lo que se había logrado cambiando las cosas para mejorar la situación de toda la gente de la finca ahora se encontraba en un predicamento y a punto de desaparecer para volver a los viejos tiempos en que solo unos pocos se beneficiaban con lo poco que les tiraba la Gran Cadena de Supermercados por sus excelentes uchuvas.

Aquí no termina la historia, porque es una historia que se repite una y otra vez muy cerca de nosotros a mayor y menor escala. Cuando hay personas que se dan cuenta de que trabajando en igualdad de condiciones, juntos por un mismo fin, dispuestos a dar el mismo esfuerzo para recibir la misma ganancia y vivir todos de forma digna y próspera, cuando esas personas consideran que  en lugar de sostener un sistema de explotados y explotadores donde unos viven en medio de lujos innecesarios y otros apenas sobreviven en su miseria, donde unos entregan su vida al trabajo para que otros no tengan que trabajar nunca, puede existir una sociedad justa y equitativa; es  ahí cuando aparecen las almas de la codicia, los que no soportan la igualdad ni el justo reparto, los vacíos que necesitan llenar de cosas materiales sus vacías mentes y almas, los que no dejarán que este mundo progrese hacia la paz y la convivencia. 

Después de plantearnos esto, al que tuvo la paciencia de leer hasta aquí le hago unas cuantas preguntas para que le queden dando vueltas en la cabeza: 

-                   Si usted fuera uno de los vecinos finqueros, ¿qué bando tomaría, el que le recomienda la poderosa cadena de supermercados o el de la finca de uchuvas que tomó el control de la venta de sus propias uchuvas?
-                   Si llegara el hermano disidente a su finca y le relatara las penurias que pasan todos en la finca de uchuvas debido a la torpe administración del hermano menor ¿Usted montaría en cólera y denostaría en público al hermano heredero y al hermano menor, tratándoles de abusadores, dictadores y corruptos a pesar de que eso a usted en nada le afecta, o visitaría personalmente la finca de uchuvas para constatar la situación con sus propios ojos?
-                   ¿Exigiría a gritos que la gran cadena de supermercados tomara posesión de la finca, para que otras fincas aprendan la lección de que la rebeldía no es la solución y que siempre deben existir unos arriba y otros abajo?
-                   Si la gran Cadena de Supermercados tomara la finca por la fuerza, desapareciendo al hermano menor y a sus seguidores, y pusiera a cargo a los hermanos disidentes ¿Estaría usted de acuerdo, a pesar de saber que la próxima sería su finca?





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