domingo, 13 de mayo de 2018

LA EXPERIENCIA ABRUMADORA DE UN FESTIVAL DE ROCK



           

            La visita de bandas de rock famosas a Costa Rica empezó hace pocos años. Productores arriesgados apostaron por una generación de rockeros con un poco más de poder adquisitivo y lograron llenar estadios con seguidores de grupos como Aerosmith, Iron Maiden, Metallica y Guns´n Roses, que sin discutir dejamos parte de nuestros salarios por ver ¨conciertos de verdad. Los aficionados siempre procuramos asistir cuando llegaran bandas de este calibre aunque no fueran nuestras favoritas por el hecho de vivir como se debe el espíritu del rock en comunidad en conciertos multitudinarios donde se recibe de frente la pasión y la fuerza de nuestra música preferida. Cada evento era esperado con ansias meses antes  y rememorado mucho tiempo después. En conversaciones posteriores sobre el tema podíamos diferenciar y comparar, por ejemplo, las tres presentaciones de Iron Maiden, o con detalle argumentar  porqué nos gustó más la segunda presentación de  Metallica que la primera.  Un solo evento daba para mucho que recordar, así de intensa es la experiencia de un rockero cuando asiste y vive un concierto importante para él. La pasión, la memoria y la concentración en un solo evento para procurar llevarlo en el recuerdo hasta la tumba. 


Así lo había manejado hasta ahora, hasta que he llegado a asistir a un verdadero festival de metal que en dos días te receta bandas de alto calibre histórico en una dosis tan concentrada que por momentos se pierde la noción de lo que se está viviendo y se cree que todo es producto de un daño cerebral por tanta distorsión que te has metido por los oídos a lo largo del tiempo. 



            Tankard, The Warning, Saxon, Scorpions, Megadeth, Mastodon, Kadavar, Jet Jaguar, Testament, Ozzy, Deep Purple, Marilyn Manson, De la Tierra, Dead Cross, Judas Priest entre muchos otros, metidos en un festival de 48 horas de duración en el que asistieron cerca de 125 mil personas en un país que no es el tuyo es de verdad vivir una experiencia abrumadora y hasta cierto punto atemorizante.  ¿Porqué abrumadora? Porque al regresar de madrugada al hotel era difícil asimilar que en un solo día, había visto a Testament, a bandas estupendas que casi no conocía como The Warning, Jet Jaguar y Kadavar,  a Mastodon, a Deep Purple con sus 50 años de historia en el rock,  y a los alemanes de Scorpions con su batería voladora; y que en el mismo día habías conocido y saludado a Chuck Billy y  a Alex Skolnick de Testament. ¿Porqué atemorizante? Por las dimensiones del evento, en Costa Rica un concierto bien lleno, como el de Guns, pudo haber llevado 35mil personas al estadio nacional, pero en este festival se estima que asistió un total de 125mil rockeros. Además y sobre todo porque todas estas memorias se agrupaban en mi cabeza agotada de tanta sensación y sentía un cierto temor de llegar a olvidar  los detalles  por la intensidad y la cantidad de recuerdos. Era consciente de que al día siguiente  vendría otra dosis aún más fuerte que la vivida  y sentía que eso no estaba ocurriendo, que no lograría sobrevivir a semejante marasmo metalero.



             Es principalmente por esa razón que en todos los ratos libres que tuve, tomé nota de los aspectos más importantes de los shows a los que asistía y haría lo antes posible un resumen comentado de mi experiencia en el festival. Lamentablemente en este festival no es posible ver todos  los shows porque muchos se traslapan y había que escoger a cual asistir además de la forma de organizarse para lograr buenas ubicaciones frente a los artistas favoritos. Esta situación nos obligaba a movernos de formas muy estratégicas con tal de ubicarnos de la forma más deseada en un chivo metalero. Había que tener en cuenta la cantidad de gente que estaba intentando conseguir un buen lugar cerca de los escenarios, principalmente de las bandas más famosas. Es por esta razón que lamentablemente me quedé sin ver bandas como Over Kill y Epica, y tener que ver de cerca presentaciones sinceramente tediosas como la del amigo Marilyn Manson. 


           Asistir a un festival de este tipo es toda una tarea de resistencia física y paciencia, porque aunque en nuestros pases estaba el acceso a zonas superfresas alfombradas con bares, wifi y excusados de lujo, las mismas no se encontraban ni cerca de los escenarios y ver los chivos desde ahí sería lo mismo que verlos en dvd. Por tanto, estas zonas fueron aprovechadas más que todo para descansar un rato mientras los grupos que se presentaban no llamaban mucho la atención como Gojira y Dead Cross, y por supuesto para hidratarse con coronas.



También son características las actividades que se dan en toda el área del festival, y entre las que más llamaron la atención fueron las acrobacias en motocicleta muy bien adornadas con las acostumbradas modelos que patrocinan una marca de bebidas energéticas. Pienso que si el evento se diera en Costa Rica habría un montón de silicona más en esta actividad, nota al margen del metal pero dentro del buen gusto.
En la zona Very Idiot People tenían un toldo donde algunos de los artistas asistirían para ser acosados por sus fans. Al principio del evento pocos se enteraron de esta área, por lo que tuve la oportunidad de llegar y saludar a Chuck Billy y Alex Skolnick, después el fandom  saturó el área y se hizo imposible accesar. De lejos se veían las caras de los artistas cansados y simulando sonrisas a los caza selfies.


En la próxima entrega haré un resumen de lo que sucedió el primer día del festival y del desempeño de las bandas a cuyos conciertos asistí. Quiero dedicar esta entrega a mis nuevos amigos Daniela e Ignacio, compañeros de desventuras y aventuras en la primera etapa de esta odisea mexicana. Para ustedes, porque el rock se disfruta más entre compas.

1 comentario:

  1. Tal vez no entienda mucho de una comunidad de rockeros, lo que sí me queda claro luego de leer tu crónica, es que lograste con ella hacernos parte de tu viaje, y querer leer las siguientes: la para nada agradable "bienvenida" que te dieron los delincuentes que, sin embargo, no lograron quitarte el deseo por sacarle provecho a tu experiencia; tus paseos de a pie y en el metro, por galerías... entre otros. Así es que mi estimado Antonio, lograste tu objetivo.

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