sábado, 12 de noviembre de 2016

REFLEXIONES SOBRE EL ASCENSO DEL JOKER




Todos están sorprendidos y asustados por el ascenso del payaso a la presidencia de EEUU. Todos menos yo. Aunque siempre estuve convencido de que era el menor de los males, dado que la Hillary es tan nefasta como Donald, pero ella lleva años en la política cuidando su imagen pública y dando la apariencia de mujer fuerte y decente. El tal Donald, nunca se ha preocupado por su imagen pública, más que por convertirla en un símbolo de poder corporativo macho y dominante, violador de economías y bruto ganadero en el salvaje hato del capitalismo. La capacidad de amasar fortunas, comprar y revender bienes y personas siempre ha sido su norte, el combustible de su ego y su única razón de ser. El hecho de que se lanzara a la política con el objetivo de llegar a ser el primer ciudadano de los Estados Unidos, nada más es la cumbre de la manifestación de esas motivaciones, ninguna iluminación trascendental puede haberlo llevado a querer ¨hacer a América, grande otra vez¨. Se me hace muy difícil pretender eso, a mí y al resto de la humanidad. A partir de esto, si consideramos todas las taras sociales y políticas que el millonario arrastra desde hace décadas, su postulación tras la candidatura de los republicanos, desde el principio a cualquiera con dos dedos de frente, le parecería nada más que una broma. Una broma bastante macabra cuando se convirtió en el candidato republicano, y una catástrofe cuando se vieron los resultados electorales en los complicados comicios gringos. 

Muchos lo creyeron imposible, pero yo no. Michael Moore, tampoco. Muchos vieron a la Clinton como el perfecto relevo de Obama, después del negro una mujer, ¨este es el futuro progresista e inclusivo de USA, el líder mundial por un futuro perfecto¨: otra perfecta distorsión ocasionada por unos medios de comunicación  desatados en sus ansias por dinero y unas redes sociales sostenidas por sus ansias de atención.  Obama ha sido un presidente muy popular, con gran personalidad y buenas ideas que no pudo hacer mucho de lo que se propuso por la ingente oposición de muchos, entre ellos hasta los de su propio partido. Hizo lo que pudo, y tal vez salió con menos sangre en las manos que otros de sus predecesores. Pero dentro de un país con una ignorancia estructurada desde hace muchas décadas, con intolerancia y miedo absolutamente tradicionales y construido sobre las cenizas de pueblos originarios y con el sudor de esclavos; tener un presidente como Obama ha sido y temo que será una absoluta excepción, un extraño quiebre en el devenir cíclico de la historia, como lo diría Isaac Asimov en la mitología de ¨Fundación¨. Haber elegido a la Clinton, tal vez habría dado la imagen de una continuidad progresista de las políticas de Obama, aunque ella tiene las manos muy manchadas de sangre y un peligrosísimo historial de amistades peligrosas con grandes corporaciones, de esas que poco a poco se han estado adueñando del mundo. Hillary es una de las principales responsables de la caída del régimen del Ghadaffy en Libia, lo que convirtió a la nación africana con mejor calidad de vida en un país en ruinas  con otro régimen islámico envuelto en guerrillas, además de la catástrofe en Siria donde su apoyo a los rebeldes contra el régimen de Al Assad han convertido el conflicto en un hervidero que ha condenado a millones a emigrar dejándolo todo. 

El autoengaño es humano, demasiado humano, y eso es lo que a todos nos ocurrió con estas elecciones. Ganó Trump, por poco. Es más, perdió voto por voto, pero en el complicado sistema indirecto, ganó los estados claves y sumó más representantes: nada que hacer. Pero veámoslo así y suena feo: Trump es el legítimo gringo. Un capitalista, egoísta, acomplejado, racista, aprovechado, contaminador, ignorante, violento, misógino, homofóbico, inflexible en fin, más cerrado que el culo de un ratón. Y los gringos, le eligieron a su imagen y semejanza. Punto y aparte. Viendo hacia atrás, más bien Obama es el que nunca calzó en la foto. 

Ahora el mundo mira con miedo al nuevo líder mundial. Cosas malas, muy malas de hecho que tiene, eso es requisito para estar donde ahora está. Pero hay que recordar que en la política pesada, la maldad es siempre relativa y cosas verdaderamente malas que tiñen de sangre las manos de Hillary pueden convertirse en sus fortalezas y cosas también malas de Trump pero que no le han costado la vida a nadie, se convierten en sus defectos. Por tanto lo mejor es buscar un criterio propio más allá de lo que las redes sociales y los medios oficiales te cacareen en el oído. Por ejemplo, a Trump se le criticó ácidamente su cercanía al líder ruso Vladimir Putin y este fue uno de los argumentos fuertes de la Clinton en sus debates; pero si hacemos uso de un poquito de sentido común, podemos ver lo siguiente: entre EEUU y Rusia está la mayor cantidad de cabezas nucleares del mundo, por tanto, ¿no sería lo mejor para la humanidad que estos dos fuesen buenos amigos? Pero claro, recordemos que al inicio de la segunda guerra mundial Hitler y Stalin se admiraban mutuamente.  También se dice que esta cercanía haría que Trump cese el apoyo norteamericano a los rebeldes sirios, en consecuencia el régimen de Al Assad apoyado por Putin les sofocaría a ellos y al ISIS, trayendo al fin la paz a tan maltratada región. Muchos podrán hablar mal de Al Assad, pero  no puede ser comparado con lo que establecerían los extremistas islámicos de llegar al poder. Esta opción la apoyarían millones de refugiados que han tenido que huir de la guerra. Aunque no existe certeza al respecto, y siendo muy pero muy optimistas, se podría pensar que los intereses de Trump no vayan en función de las acciones bélicas, si no más bien en el proteccionismo económico. Esto más bien pondría en aprietos a muchas corporaciones no norteamericanas. Y por nuestros lares a muchos de los beneficiarios de los TLC

Con esto no quiero defender a Trump ni ser optimista hacia su gobierno. Sus actitudes hacia los inmigrantes me dan un asco terrible, y de llegar a cumplirse afectaría seriamente a los países centroamericanos cuyas economías se apoyan fuertemente en las remesas de ciudadanos que emigraron a EEUU. Al final todo puede ser tan contradictorio, pero no tan alarmante como para pensar en el inicio de un cataclismo y que esta elección será un parte aguas en la historia de la humanidad. Tal vez si este villano maligno que ha ascendido al poder gracias a la ignorancia de su pueblo, se pone muy loco y pretende hacer algo demasiado importante, no faltará algún justiciero enmascarado que le destroce la cabeza de un balazo. En esto los gringos también tienen una reputada tradición. 

 

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