Primero, tres hechos históricos:
1. 15 de febrero de 1898 en el puerto de La Habana. El acorazado Maine había sido enviado a Cuba para proteger los intereses de los estadounidenses en la guerra de independencia que libraban los cubanos contra la potencia colonial española. A las nueve de la noche el buque voló en pedazos por una explosión que alcanzó las más de cinco toneladas de pólvora para los cañones que tenían en bodegas. Este evento fue usado como pretexto, a través del distorsionado e incendiario amarillismo de los periódicos de Randolph Hearst y Joseph Pullitzer para que los EEUU le declarara la guerra a España, la derrotara y se apropiara para fines prácticos de la isla de Cuba y de las Filipinas. En la explosión fallecieron doscientos sesenta marinos, pero casi todos los oficiales sobrevivieron.
2. 7 de diciembre de 1941, Pearl Harbor, Hawai. Trescientos cincuenta y tres aviones japoneses desplegados desde seis portaaviones atacaron la base de la marina estadounidense con el fin de evitar que los EEUU brindaran ayuda a las colonias del imperio británico en Hong Kong, Malasia y Singapur. En el ataque murieron más de dos mil estadounidenses y sufrieron grandes pérdidas navales. La agresión nipona, provocó la inmediata declaración de guerra de parte de EEUU y su entrada activa a la segunda guerra mundial, estableciendo su dominio sobre el Pacífico y de paso estableciendo su hegemonía militar a través del primero y hasta ahora único bombardeo nuclear en la historia de la humanidad. Recientes informaciones dan sentido a que días antes del ataque, los servicios de inteligencia norteamericanos se dieron por enterados de la inminencia de la agresión.
3. 11 de septiembre de 2001, Nueva York. En un atentado terrorista dos aviones se estrellan contra el World Trade Center, provocando la muerte de casi tres mil personas. Este gran atentado, se tomó como excusa para que el gobierno de George W. Bush reforzara la represión y el espionaje interno con la excusa de la seguridad nacional, además de que sirvió como una justificación muy, pero muy averiguada para realizar la invasión de Irak, que terminó con la muerte de miles de civiles, el país destruido y su riqueza petrolera acaparada por los empresarios cercanos a la camarilla norteamericana gobernante de esa época.
Estos son tres ejemplos de lo que ahora se llama, atentados de falsa bandera. Como verás, los gringos son maestros en este arte. Ya sea con fines geopolíticos muy complejos como los que antes brevemente te describí. O para objetivos más sencillos, como mejorar la imagen de un candidato, convertirlo en mártir y en héroe, para que luego pueda convertirse en dictador. Y de paso obtener una foto para imprimir en camisetas y que uno que otro redneck se tatúe.
Claro, por el momento no puedo afirmar que el atentado contra Trump, sea también una acción de falsa bandera, que costó la vida a una persona del público, y naturalmente al sujeto que empuñó el arma. Pero esperemos unos años para que cuando pase a la historia junto a los hechos que ha desencadenado, veamos si fue un truco o una más de la sana costumbre norteamericana de darse bala entre ellos.
Tal vez, el hecho de que el expresidente naranja hubiese salvado su pellejo por un centímetro, retrase la inminente balcanización del país y les haga pasar por un periodo dictatorial que peligrosamente, para el planeta, de un poco más de estabilidad al decadente imperio. Pero recordemos que la insostenibilidad gringa es un hecho y balas más balas menos, pronto el imperio caerá. Lo malo es que seguimos muy cerca de esa torre a punto de derrumbarse.
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