Durante los años 80 el gran Frank Zappa luchó contra una organización de viejas cristianas histéricas y mal cogidas esposas de senadores norteamericanos que promovían el uso de etiquetado de advertencia sobre las carátulas de los discos, para evitar la maligna influencia de las malas palabras o la mención de temas sexuales, sobre las inocentes mentes de los jóvenes estadounidenses. Frank denunción que esto no era más que una estrategia para formar una sociedad de idiotas dependientes de la indicación de un poder mayor al respecto de discernir lo bueno de lo malo. Al final las viejas histéricas reaganianas se salieron en parte con la suya, y ahora se ven los resultados.
En esos años Zappa puso en las cubiertas de sus álbumes una etiqueta que decía lo siguiente:
¡CUIDADO! Este álbum contiene material que una sociedad verdaderamente
libre nunca temería ni suprimiría. El lenguaje y conceptos contenidos
aquí garantizan no causar tormento en el sitio donde el tío de los
cuernos y tridente lleva sus asuntos. Esta garantía es tan real como el
de los fundamentalistas que atacan la música rock en su vano intento de
transformar América en una nación de estúpidos (en el nombre de
Jesucristo). Si hay un infierno, sus llamas les esperan a ellos, no a
nosotros.
qué razón tenías tío Frank.