martes, 20 de octubre de 2020

EL CASTILLO DE KAFKA Y UN TANQUE SÉPTICO DE 18 PISOS

 


En la última novela de Franz Kafka ¨El Castillo¨, el protagonista K., llega a realizar un contrato de agrimensura a una comarca regentada desde un imponente castillo. Desde su llegada al lugar, su acceso hacia el edificio y hacia las misteriosas autoridades que allí gobiernan, se ve entorpecido por mil circunstancias que le terminan por convencer que es imposible acceder al lugar y mucho menos tener contacto con los amos del mismo. Es curioso que la obra haya quedado inconclusa, tal vez por la muerte del autor o porque el mismo Kafka consideró que así debería quedar dándole a la metáfora de lo absurdo de la existencia más significado aún. Se podría decir que la obra acabaría con el propio Kafka, por lo que él mismo renunció a ella, tanto así que la novela termina en una oración inconclusa. Su tema se podría condensar en la frustración y aislamiento de un individuo que intenta integrarse al sistema, pero que es demasiado insignificante y el mismo le acaba aplastando.


 

 

            El pobre K. miraba desde lo lejos el inaccesible edificio, que más que un sólido castillo era como un improvisado cúmulo de construcciones desordenadas una encima de la otra, y se daba cuenta de lo insignificante y alejado que estaba de acceder al mismo. Justo ahora me imagino como un moderno K. mirando hacia el espantoso nuevo edificio de la Asamblea Legislativa.

 

            Ignoro si el arquitecto que conceptualizó el imponente edificio del congreso de la República, se leyó alguna vez esta novela. Pero si lo hizo, puede que la haya tenido en cuenta como secreto concepto, porque odia y desprecia al pueblo costarricense y quiere reírse en su cara, o es en extremo realista y cínico como para hacer un retrato del sistema de gobierno del Estado que se acerca a su bicentenario.  Supongo, eso espero, que si quiso tener alguna base conceptual para concebir tan espantoso ladrillo incrustado en Cuesta de Moras, fuera la segunda razón, pero creo que ni eso es lo que le llevó a realizar el adefesio: todo fue cuestión de cobrar la plata sin joderse mucho y vamonos. 


 

 

            Como todos hemos podido ver en los noticieros, los lujos y comodidades abundan adentro del edificio. Todas las facilidades de la más alta tecnología brindan un ambiente tan agradable y placentero para los habitantes del palacio, que en el discurso de inauguración del edificio el presidente del primer poder el diputado pastor Cruickshank dijo que estar ahí es como entrar en la tierra prometida. Claro, supongo que latierra prometida de los pentecostales más que un estado espiritual, tiene que estarmuy relacionado con acabados finos, materiales caros y altas tecnologías. Ya me imagino todos los tours de pastores, pastoras, apóstoles, profetas y demás fauna panderetil, que harán de mano de sus diputados para hacerse la boca agua e imaginar el cielo al que sus diezmos les llevarían. 



 

 

            En fin, un paraíso al que tendrán acceso solo algunos elegidos. Un arca para los representantes del pueblo, en donde cómodamente podrán recibir a los lobbystas de siempre tan cómodamente como las comisiones que les arriman se merecen. Un lugar para gente bonita, moderna y del Valle Central. Un lugar bien iluminado y espacioso, en el que no se vea hacia afuera. Y sobre todo, que desde afuera no se vea lo que sucede adentro. Un monolito inexpugnable desde donde se tomen las decisiones que no le conciernen a la masa. Una fortaleza, donde no se despeinen las señoras ni suden los señores que van a velar por sus intereses sin tener que toparse con obreros, sindicalistas, desempleados, estudiantes y toda esa gentecilla como decía un personaje de una novela de Carlos Luis Fallas.

 

            En resumen, se estrena el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa. Un inmueble que es metáfora del gobierno que padecemos, y los gobiernos precedentes también: es cómodo, moderno, bellísimo y cosmopolita para los privilegiados que están adentro; y también es espantoso, amenazador y turbio para los que estamos afuera.  

 

 

            Por esto, algún ciudadano que pueda estar en este momento contemplando esa mole desde la Plaza de la Democracia, puede llegar a pensar que

jueves, 8 de octubre de 2020

¿Está Carlos Elvarado muy asustado?

 


En Quepos los policías destinados a dispersar a los manifestantes que bloqueaban una carretera, fueron atacados y reducidos por la turba furiosa a punta de palos y piedras. El clímax de la situación se dio cuando les lanzaron un coctel molotov desde uno de los flancos y casi incendian a un efectivo. Antes en Guácimo, los policías fueron embestidos con un backhoe y tuvieron que retirarse del lugar dejando que la canalla incendiara equipos de la empresa china que está construyendo la ampliación de la carretera hacia Limón. Luego en Abangares les robaron e incendiaron una de las microbuses en la que les transportan. Estos son solo unos ejemplos de lo que está ocurriendo por todas las zonas donde se bloquean las vías para protestar contra las lamentables políticas económicas del gobierno. Los efectivos policiales sufriendo palo, piedra y fuego por los manifestantes y más por la canalla advenediza que siempre aparece y mientras todo esto sucede, el presidente, ejerce la táctica de la tortuga y se mete en su caparazón de redes sociales y no se anima a reunirse a negociar con gente fea. 


 

 

Ya tuvo el presidente que anunciar en televisión que se desistirá del plan propuesto para negociar con el FMI, aunque lo que dijo lo dijo en medio de ese rifirrafe de lenguaje académico-periodístico-inclusivo-políticamente correcto que al final no deja nada claro sobre lo que se propone hacer. Es probable que ni lo sepa. Lo que si quedó claro es que no dijo las palabras mágicas: ¨vamos a negociar¨. No las dijo porque, como dijo el diputado Villalta: ¨Se le enoja Garnier¨ aludiendo al ministro de enlace con la plutocracia y hotelero oficial de la corona de esta finca, André Garnier.  No las dijo porque no se anima, porque le da miedo hacer el ridículo en público, porque la doña no lo deja, porque le tiene terror a qué José Miguel Corrales le pegue una buena regañada, en fin, quien sabe, pero no las dijo y las protestas continúan. 

 

Y empeoran cada vez más.


 

 

Ahora que hay varios policías heridos, los intelectuales de twitter se ponen de acuerdo con los activistas de Facebook y están clamando por la cabeza de José Miguel Corrales y Célimo Guido como culpables del cabreo monumental que se está notando en Costa Rica, cuando en realidad ellos solo son dos adultos mayores con una trayectoria de honradez y trabajo que nadie puede discutir, y con los huevos suficientes para liderar la protesta y plantar la cara ante el gobierno que va de mal en peor. Hay que tener claro que el verdadero culpable de las chichotas, las quemaduras, las cortadas, las destapadas, las pedradas, etc de los policías está tomándose un café con comités de señoras o de cooperativistas millonarios. 

 

Si el presidente fuera un verdadero líder no estaría cagado de miedo, zafando el lomo y pateando la bola, mientras espera que alguna desgracia se produzca en esta situación y la atención del costarricense tome partido a favor del gobierno. Si tuviera lo que se necesita además de cerebro hace rato estaría pegándole a la puerta de los líderes del movimiento y diciéndoles: ¨ahora sí, ¿qué putas quieren? Hablemos¨.

 

Pero como que le da mucho miedo hacerlo.

 

¿O será que más bien espera la muerte de un policía para volcar la opinión pública a su favor? Eso lo convertiría en un digno heredero de cierto personaje nefasto que vive en Rohrmoser.

 


 


domingo, 20 de septiembre de 2020

NOSOTROS O ELLOS


            Debido a la pandemia, o más bien con la excusa de la pandemia, el gobierno del menos peor, ha determinado con la originalidad que ha caracterizado a todos los que se han calentado las nalgas en la silla presidencial desde los años 80`s, establecer que la salvación de nuestra maltrecha economía es endeudarse una vez más con el FMI. 

 

            Otra vez volver a empeñar la casa porque se jodió la refri. 

 

Para pagar estas deudas que como todas las de su estilo se empiezan pagando, casi sin recibir nada, el genio creativo del presidente El Varado, y su equipo de consulting managers, idearon un nuevo plan de impuestos para poder seguir llenando el canasto de agua. Imaginemos la escena en la que tuvo lugar tan importante lluvia de ideas entre todo ese grupo de genios financieros e influencers que conforma el círculo cercano al presidente. Se les puede ubicar haciendo teletrabajo desde diferentes lugares ya sea en el Country Club, o en el hotel de un ministro en Punta Islita, o en cualquier otro lugar exclusivo para gente aseada que nunca haya pasado ni enfrente de una escuela pública.  Todos en pantaloneta, pero con saco y corbata para no desentonar en la conferencia virtual, y poniendo los martinis y los gin tonic fuera del alcance de las cámaras de sus ordenadores, alguno se hace un selfie para las redes  y otro se pone un pañuelo rojo o un chonete recién comprado en el mall, por lo del mes de la patria y los demás le ríen la payasada.

 

Cuentan chiles, se comen Fabricio y después de un rato el presidente le pregunta por privado a su consejero más cercano: ¨¿ya te dijeron qué es lo que hay que hacer?. El ministro asiente y le pasa un correo diciendo: ¨listo, ya se pusieron de acuerdo.¨  El Varado, vuelve a preguntar: ¨¿incluyeron el tren urbano?, mirá que si no por aquí me matan. ¨Me extraña, jefe.¨ contesta el subalterno, que actúa como médium con los poderes del más acá.  En seguida el presi, anuncia, la solución: ¨Tranquilos, un brindis por la solución a nuestros problemas.¨ 

 

Y con voz más baja dice: ¨nos endeudaremos otra vez, pero ya está resuelto quienes van a pagar.¨

 

            Y es cierto: de nuevo resolvieron que nosotros seremos quienes vamos a pagar.


 

 

            Nosotros los asalariados, a los que nos rebajan los impuestos al salario antes de recibirlo, nosotros los pequeños empresarios que conocemos muy de cerca la cara de la quiebra, los desempleados que no tienen ingresos pero como tienen aún la costumbre de comer y vivir bajo techo tienen que pagar el IVA, nosotras las madres y los padres que tienen que alimentar y vestir a sus pequeños con ingresos aún más pequeños. Todos los que poseemos una propiedad por más pequeña que sea y que pagamos impuestos por el derecho a tener donde caer muertos. Los que pagamos por un servicio o hacemos un trámite a través de la red bancaria para evitar manejar efectivo y no sea que tengamos que pagar el impuesto al hampa. Nosotros que no manejamos una tropa de contadores que ocultan y maquillan nuestras finanzas o las envían a paraísos fiscales. Todos nosotros vamos a tener que pagar la deuda con la que el gobierno pretende salvar la economía y seguir manteniendo este estado que es tan eficiente como inteligente y a un buen grupo de pensionados de lujo que son sus tíos, abuelos o tatas. 

 

La gran idea estriba en que seamos nosotros quienes salvemos esta ferretería estatal y que no sean ellos quienes aporten para sostener la estructura en la que estamos parados todos, unos más cómodos que otros. Porque los que más confortables están son los que no aportan nunca nada.


 

 

         Ellos que pagan sus impuestos a partir de sus ganancias, una vez que se han gastado todo lo que han podido, y se valen de triquiñuelas dignas de la mediana cerrada de la Reforma para que esas ganancias aparezcan raquíticas y enfermizas. Luego ponen el grito en el cielo, y con gruesos lagrimones se lamentan de cómo el estado despótico y comunista les quita sus utilidades, mientras claman por un estado liberal en el que los impuestos no existan y si se puede, de paso, que vuelva la esclavitud. Ellos que se valen de leyes maquillísticas que les disimulen su estatus de mega empresa con una máscara de cooperativas. Ellos que realizan transacciones financieras en la bolsa obteniendo ganancias inmensas por no hacer nada y por esto, nada es lo que aportan al fisco. Ellos que por solo respirar cuestan dinero del fisco, solo por haber pertenecido durante muchos años a la argolla de chupasangres y  ahora, solo envejecen entre millones que no necesitan más que para mantener a una nueva generación de inútiles cuyo único talento son sus genes de vampiro.

 

            Ellos no pagarán, ellos no padecerán.

 

            Porque ellos son los que deciden. 

 

            Y nosotros seguimos quietos. 

 

PS. Comentarios de Sofía Guillén sobre los nuevos impuestos. 

 

 

lunes, 14 de septiembre de 2020

La cuarentena que nos lleva

 


Estamos a unos días de cumplir seis meses de haber sido establecida la cuarentena oficialmente en nuestro país. Aunque muchos estamos preocupados por el futuro, nadie sabe qué tal le irá a los integrantes de la Ultra y la Doce en sus posgrados en línea y sus reuniones en Zoom para saquear supermercados y acosar a las muchachas. Ahora que se cuentan por miles los contagiados, por cientos los fallecidos y por decenas las metidas de pata del Presidente de la República, seguimos todos pendientes de cuando será que la enfermedad nos ande de cerca o directamente nos envuelva y cómo nos desenvolveremos. Al principio el miedo, la obediencia y las ganas de trabajar en calzoncillos, dieron al país esa sensación de pausa en el transcurrir de las cosas y los contagios fueron muy pocos. Pero con el tiempo y el exceso de peso debido a falta de ejercicio, dos de las grandes características del tico: su confianza y su valeverguismo, le ayudaron a recolectar excusas para volver a la normalidad, ponerse los pantalones, salir a respirar el aire puro y disparar la cantidad de casos en las principales ciudades del país. Ahora la realidad en todas partes es prácticamente la misma de antes de la pandemia, a excepción de que la gente ahora usa tapabocas, y se lava las manos para no dar apretones de manos. Pronto volverán los saludos de mano, los besos y las funerarias cotizarán en la bolsa. 

 


La pandemia ha sido todo un laboratorio social para poner en evidencia el comportamiento humano. Esta situación se ha convertido en una experiencia que saca a flote la verdadera esencia de las personas, tanto la solidaridad más gratificante, por ejemplo la ayuda a las personas pobres, como el egoísmo más asqueroso o sea el miedo a esas personas pobres. Muchos han encontrado en la enfermedad el mejor pretexto, para exponer su xenofobia y su racismo, así como han puesto en evidencia sus miedos más profundos. Estos últimos uno pensaría que son el último miedo a la muerte propia o a la de los seres queridos, pero no es tal en muchos casos, en muchos casos es el miedo a que no se muera la persona a la que se le debe dinero. En realidad, el miedo principal que se ha palpado es el miedo a la pobreza, al desempleo, a la carencia, el miedo a que se caiga la internet. Aún hasta el miedo a no poder pagar las cuentas de internet puede más al miedo a perder un ser querido o a ver a sus semejantes desolados por las pérdidas.  En muchas ocasiones, las crisis han unido a las gentes para enfrentarlas (a las crisis), pero la verdadera naturaleza humana, les lleva más bien a refugiarse en grupos de semejantes y apertrecharse antes de sufrir imaginarias futuras carencias, por esto el mundo se está dividiendo entre los que acapararon todo el papel higiénico y los que guardan entre sí más distancia de la necesaria. Por desgracia ahora casi todos dicen: más valen mis dientes que mis parientes, y lo peor de esto es que tras sus cubrebocas no podemos saber como tienen muchos su dentadura. 

 


 

Además de este generalizado egoísmo hay algo más allá, algo más desalentador y hasta cierto punto terrorífico. Esto son los negadores de la pandemia: los conspiranoicos que se unen a los terraplanistas y a los antivacunas como si se tratara de una organización internacional de orates, que intentan acabar con todo el conocimiento, la cultura y el rock progresivo, sobre la faz de la Tierra. Esta gente al fin en medio de una crisis real, inventan cien peores y se aprovechan de las personas con suceptibilidad emocional o racional para crear movimientos sin sentido que pretenden combatir monstruos imaginarios con armas medievales como la religión, el fascismo y Donald Trump. 

 


 

En este momento, cuando faltan aún tres meses para terminar el año más largo en la historia de muchos, no tenemos claro en qué condiciones estaremos para recibir el 2021. Solo podemos estar seguros de dos cosas: que cartaginés no será campeón y de que si no cambiamos la forma de ver las cosas y de actuar con nuestros semejantes esta pandemia será tan terrible como la ortografía de los seguidores de los partidos políticos cristianos.

 



 

lunes, 13 de julio de 2020

PAYASOS ASESINOS o Los peligros del tonto del pueblo en una red social


Esta tarde el ministro de salud tuvo que iniciar la conferencia de prensa explicando que una pandemia es cuando una enfermedad está afectando al mundo entero. Explicar esto en un país con buena calidad de educación (en comparación con el resto de Latinoamérica), en pleno siglo XXI y después de cuatro meses de estar todo el mundo en alerta por el covid19, se puede tomar como un poco redundante y hasta ofensivo para la inteligencia. Así lo tomaría alguien con un cierto sentido común básico para existir sin ser un estorbo ni mucho menos un peligro para sus semejantes. 

Pero en las afueras de la casa presidencial un grupo protestaba clamando la frase: ¨¿Cuál pandemia? ¨. Este minúsculo grupo de personas que mostraban letreros que decían que el Covid no existe, mientras portaban tapabocas o caretas de acrílico, subieron videos a las redes sociales en los que exponían sus pobres opiniones con su limitado vocabulario y torpe dicción. 

            Son ahora famosos los despotriques de los manifestantes como el tipo que sobrevivió a un accidente con el tren, en el que muy probablemente su ejercicio racional perdió mucho más que su físico de orate, y ahora convertido en embajador de herbalife promulga el amor por Jesucristo, por Donald Trump y por Fabricio Alvarado; hasta la tipa que dice que hace falta una guerra porque los hombres de Costa Rica no tienen cojones y que la sin hueso entra sin tocar la puerta y que ramasheka talamasoa songorocotongo con fabricio y jon, entre otras bellezas del idioma de la República de Tontoburgo Evangelino.  Ya tuvieron sus quince minutos de fama y mientras esto escribo, miles se están cagando de risa a costa suya. Cuestión de comedia y un poquito de rabia por la poquita educación que el estado tuvo que invertir en estos peleles y a otra cosa mariposa, que mañana otro escándalo habrá y de todo esto la gente se olvidará. 

            Pero hay algo bien jodido con este asunto. Esta gente aunque son pocos y también pocos les creen sus idioteces, hacen ruido, son escuchados, son difundidos sus balbuceos de cavernarios, y al final la gente les conoce. Se vuelven famosos. Payasos famosos y reconocidos, no importa que odiados u objetos de burla, ya tienen el poder de la presencia en los medios. Intermediarios políticos de pacotilla como el  remedo de candidato Fabricio Alvarado, que tan mal rato nos hizo pasar en las elecciones pasadas, saben que estos rídiculos payasos son una mina de oro de publicidad en esta democracia monetizada y prostituida. Bien sabe este lamentable personaje que si un payaso asesino llegó a la Casa Blanca, y que los bufones de templos panderetas pululan ahora en el congreso, es cuestión de más ruido tonto para llegar a la presidencia. 

            Esta fauna tarada, puede llegar a ser más peligrosa de lo que pareciera. Pueden lograr que los verdaderos virus sociales de la corrupción, el facismo y el fanatismo lleguen a los centros de poder, como sucede en Estados Unidos, en Brasil,  o en la Asamblea Legislativa. A estos payasos hay que exponerlos como lo que son: personas sin cultura ni inteligencia, que nunca en su vida leyeron algo que valga la pena y que han sido víctimas de manipuladores que les han moldeado para que con su ridículo formen la escalera de excremento con la que los oligarcas de siempre pasen otra vez por encima de los derechos de los ciudadanos y continúen con sus privilegios. 


domingo, 12 de julio de 2020

¿NOSOTROS LOS BUENOS?



Justo en medio de la crisis mundial debida a la pandemia del covid19, la idea de formar y consolidar un estado Palestino está sufriendo su mayor revés a vista y paciencia del mundo y con la criminal injerencia de Estados Unidos  y el orate que ahí gobierna. El estado facista y racista  de Israel ha emprendido un plan para anexionarse  el territorio de Cisjordania aprovechando el momento en que toda atención está puesta en el desarrollo del dramático estado mundial de lucha contra una plaga moderna que está costando miles de vidas en casi todos los países del mundo. Esta apropiación ilegal respaldada por el gobierno ultraconservador  del nefasto Donald Trump, que se muestra como el gobernante norteamericano que con menos reparos se ha alineado con el apartheid étnico contra el pueblo palestino, sistemáticamente emprendido por Israel con el afán de destruir un territorio y una nación ante la impasibilidad del resto del mundo. Esta clase de ¨asalto mientras todos duermen¨ ya ha sido maniobra acostumbrada del facista Netanyahu como cuando en pleno mundial de futbol Brasil 2014, bombardeaba y demolía edificios y viviendas en la franja de Gaza, siendo la principal noticia en los diarios alrededor del mundo la tremenda goleada que le metió Alemania a Brasil.
            Supongamos que un alienígena se dedicara a la antropología (me parece que la idea me viene del ¨Amused to death¨ de Roger Waters), y observara nuestro planeta desde afuera, analizando las acciones de la humanidad durante estos tiempos.  Probablemente estaría pasmado  al observar el comportamiento de atención desviada a propósito para ocultar la masacre perpetrada contra un pueblo entero, por parte de un sector económicamente hegemónico, que ha convencido al mundo entero que la nación víctima es un pueblo de terroristas y vividores natos. Este antropólogo alienígena estaría muy intrigado al enterarse  que, aunque las evidencias del exterminio injusto estarían al alcance de todos, muchos las negarían dando ventaja al poderoso al pisotear al débil de manera impune. Tal vez llegaría a plantearse la teoría de que a la mayor parte de la población mundial le fueron amputadas la empatía, la solidaridad y el valor, y les fueron puestas a cambio la sensación de ¨bienestar y comodidad modernas¨ y la noción de pertenencia a la nación, la religión, la raza y la forma de pensar de ¨nosotros los buenos¨.

domingo, 12 de abril de 2020

COMBATIR LA PANDEMIA CON MUNICIONES COMPRADAS EN WALLMART


Cuatro de la madrugada, de domingo de resurrección. Hace rato que perdí el sueño y ahora nada más hacía el ejercicio de sentarme frente a la página en blanco durante veinte minutos sin hacer nada a ver que sale. Si no sale nada, volveré de nuevo a la cama a buscar que el inconsciente tome las riendas. Pero las riendas no las quiere soltar el otro, el consciente, aunque quiera hacerlo. 

Hoy se cumplen 59 años del regreso de Yuri Gagarin a la Tierra después de pilotear el primer viaje espacial de la historia, y hoy estamos en esa misma cápsula azul que el asombrado capitán fue el primero en mirar desde afuera, todos confinados y separados en medio del miedo a la pandemia. Tal vez en ese momento Gagarin, habría pensado que dentro de sesenta años, estaríamos explorando y puede que habitando otros mundos en lugar de estar encerrados con miedo en este nuestro viejo y matratado planeta al que nunca tratamos como se debe. 

            La noticia del día de ayer fue que Estados Unidos ahora está a la cabeza de la triste lista de contagiados y muertos por la pandemia del Covid-19. La primer potencia capitalista del planeta, la triunfadora de la guerra fría, el policía universal de la ¨democracia y la libertad¨ liderada desde hace mucho por oligarcas que trabajan en función de las ganancias de Wall Street y del poderío económico de corporaciones que poseen el 98% de la riqueza del planeta misma que mantienen al margen del 99% por ciento de la población; hoy excava fosas comunes en su principal ciudad y cuenta por miles las muertes que pudieron ser evitables si el país contara con servicios básicos de salud. Su actual líder, más parecido a un supervillano de cómic de superhéroes que a un estadísta político conocedor de lo mínimo para gobernar algo, se hizo de la vista gorda ante la amenaza y luego se aprovechó de ella para su discurso de demagogia infinita y beneficio de los mercados. Ahora no encuentra en que agujero meterse y simula ser un jefe preocupado, ejerciendo de pirata para confiscar suministros de otros países y aprovechar la crisis para hacer más daño a los países que le antagonizan. 

            Como en todas las películas de zombies, al final la peor amenaza no son los muertos vivientes que comen carne humana y espantan con sus feas caras. La peor amenaza, sobre todo en las películas menos malas, es el comportamiento de los sobrevivientes a la pandemia. Los líderes abusivos que declaran oficial la ley del más fuerte, las masas de sobrevivientes asustados que atacan y linchan a los sospechosos de estar infectados, los que evitan la solidaridad humana y acaparan los bienes para los de su grupo, los que se aprovechan económicamente del pánico y no ayudan al desvalido; todos esos personajes y más podemos encontrarlos en el comportamiento político de los EEUU y de sus líderes. Quedemos claros que esta ha sido su conducta desde hace tiempo, y que la diplomacia de los demás países, reconociendo la importancia militar y económica norteamericana, hace que se pasen por alto sus desmanes; pero hoy en medio de la crisis de la pandemia es más que reconocible el mal actuar de los líderes de esa nación para con las demás naciones y para con su propio pueblo. Cuando se anunciaban los primeros miles de contagiados en EEUU, el impresentable de Trump convocó a que fuerzas armadas navales se aproximaran a Venezuela con la excusa de combatir el narcotráfico. Tal vez por lo fuerte de la crisis a nivel mundial no se ha vuelto a saber mucho al respecto de este cerco militar, me gustaría que todos los barcos desplegados tuvieran que regresar a sus puertos con la mayoria de la tripulación muy enferma, pero si así fuera, dudo mucho que lleguemos a saberlo. También se le ha solicitado suavizar los embargos hacia países como Cuba e Irán para que puedan conseguir suministros y medicamentos para combatir la pandemia, pero han hecho oídos sordos a los pedidos de la OMS al respecto. Además han incursionado en el campo de la piratería confiscando suministros contra la pandemia, que se dirigían a otros países e intentado sobornar a investigadores científicos para comprar la exclusiva de una posible vacuna contra el mal. 

            Anoche terminé de ver la estupenda serie documental de Netflix ¨Tiger king¨. Al principio no daba crédito a lo que presentaban y me daba la impresión de que se trataba de un falso documental, pero no es así, los personajes y las situaciones que se muestran son reales y dan un muy buen pantallazo de como es el poblador estadounidense promedio que no nos muestra el cine o la televisión. Si usted alguna vez se preguntó como diablos llegó un monigote tan despreciable como Trump a ser el presidente de EEUU, dese cuenta como son las mayorías en ese país. Esta serie es un ejemplo más de que la realidad casi siempre supera la ficción. Parece no tener sentido, pero la trama de coleccionistas de animales exóticos, armas, drogas y ansia por el dinero que se retrata en la serie es esclarecedora si se le pone un poquito de mente, sobre la cantidad de víctimas que al día de hoy está cobrando la pandemia en los Estados Unidos. Sus líderes han formado culturalmente a su población de manera de que se preocupen más por su derecho a poseer armas o grandes felinos que por tener derecho a una salud universal. Así han conseguido tener una población ignorante, egoísta y dispuesta a votar por el payaso más llamativo que le pongan enfrente. Así será como enfrentarán la pandemia, con rifles de asalto y municiones que pueden comprar en wallmart.

            Dos días antes de que EEUU le ganara el primer lugar en contagios y muertes por la pandemia a Italia, el precandidato por el partido demócrata Bernie Sanders, se retiró de la contienda contra Joe Biden dejándolo como virtual opositor a Donald Trump para las elecciones de noviembre. La mala imagen de Biden, así como su fama de otro oligarca más pero del lado demócrata, muy probablemente hagan que Trump se lo coma vivo y  con sus miles de conciudadanos muertos a cuestas vuelva a proclamarse presidente de nuevo. El programa estrella de Sanders era implantar un sistema de salud universal con alcance para toda la población. Sus opositores le achacaban que tenía ideas comunistas. Trump le llamaba el ¨loco Bernie¨, tal vez ahí, el maldito si tenía razón.



sábado, 4 de enero de 2020

COMENTARIO SOBRE LA NOVELA GRÁFICA ¨THE KILLING JOKE¨ de ALAN MOORE y BRIAN BOLLAND editada por DC COMICS





            Es inquietante pensar a veces, que en un instante nos puede cambiar la vida. Un descuido al volante, un resbalón en el baño, una mala ubicación en el peor momento, el descuido al volante de alguien más, la falta de equilibrio o la falta de atención o simplemente decir lo menos adecuado a la persona menos conveniente; cualquiera de estas situaciones pueden dar un vuelco a la existencia y poner todo patas arriba. Ya sea por tu culpa o por mero azar del destino, no volvés a ser quien antes eras. Para bien o para mal. Algo externo te afecta hasta tal punto que dejás de ser el mismo que antes eras, la perspectiva de la realidad te cambia, puede que para siempre, y terminés siendo completamente otra persona. Otro ser.
Si tu inteligencia emocional y tu raciocinio están más allá que acá, lo más probable es que un mal día, más que un mal momento, te convierta en algo completamente distinto a lo que antes eras. Otra vez: para bien o para mal.
O puede que no.
Esta es la teoría que pretende demostrar el Joker a lo largo de esta corta novela gráfica, en la que secuestra y tortura al comisionado Jim Gordon, con el afán de hacerle perder la cordura. Considera que la tensión emocional límite puede dar al traste con los límites morales, éticos y racionales de cualquier ser humano. Pero no logra su cometido. A pesar de la tortura y hasta de haber sido expuesto a imágenes de su hija desnuda y malherida, mantiene la coherencia de pensamientos y no pide venganza al hombre murciélago cuando este le libera y atrapa al Guasón. Al final el Joker se da cuenta que los que pierden la chaveta por un mal día, son individuos dañados, con grandes problemas psicológicos y emocionales como él. Y como Batman, su némesis, quién desde el principio le plantea que ambos están destinados a enfrentarse hasta que uno acabe con el otro. No es por nada, que Alan Moore haya declarado, que Batman y el Joker son dos caras de una misma moneda.
Al principio y al final de la obra Batman, quien ha logrado canalizar su catástrofe personal a través de la lucha contra el crimen, ofrece al Joker la redención a través de su ayuda para recobrar la cordura, para volver a ser racional. Pero el psicópata niega que tenga redención alguna, dado que ya ni siquiera tiene recuerdos de quién fue antes de su desgracia.
El ser que antes fue, no existe, las primeras víctimas de su locura, han sido sus recuerdos. De aquí se puede asumir que la historia de origen del malhechor, puede que no sea la verdadera, porque como dice el Joker: ¨si me preguntan sobre mi pasado, mejor que la respuesta sea de opción múltiple¨. Esto enriquece al personaje y le vuelve más invulnerable ante Batman, quien se exaspera al saber que odia tanto a alguien a quien no conoce para nada. La falta de información para el mejor detective de Ciudad Gótica es un fallo importante que le torna vulnerable ante su némesis. 


En vista de lo críptica que es la narrativa de Alan Moore en otras de sus obras, como Watchmen y From Hell, puedo inferir que el apartado del origen del Joker en ¨The Killing Joke¨ es una historia para despistar, un falso recuerdo, porque no, un recuerdo autoimplantado en la mente del desquiciado criminal, que él mismo no está seguro que haya sucedido. Esta consideración se me plantea a partir de su discurso sobre los recuerdos donde menciona:
¨¿Te acuerdas?¡Ohh, yo no haría eso! Recordar es peligroso, el pasado me parece un lugar tan repleto de ansiedad y preocupaciones… Supongo que podríamos llamarlo ¨pretérito imperfecto¨ JAJAJA.
Pero… ¿Podemos vivir sin ellos? Los recuerdos son los cimientos de la razón. ¡Si no somos capaces de afrontarlos, negamos la razón misma! Aunque ¿Por qué no hacerlo? ¡Tampoco es que tengamos un contrato que nos vincule a la racionalidad! ¡No hay cláusulas de cordura!
Así que, al sentirte como pasajero de un horrendo tren de pensamientos que se dirige a lugares insoportables del pasado, recuerda que siembre quedará la locura. La locura es una salida de emergencia. Puedes salir y cerrar la puerta a todas esas terribles cosas que han ocurrido. Puedes apartarlas de ti…  Para siempre.¨
El Joker de Alan Moore convierte a la irracionalidad en escape y consecuencia de la desgracia sufrida, creando la paradoja de que al eliminar el recuerdo de dicha catástrofe ha cruzado una línea de no regreso hacia la demencia y no podrá escapar de la misma a menos que sea muriendo en manos de su reflejo desquiciado: el hombre murciélago. Esta paradoja hace que la historia sea cíclica y que termine tal y como empieza, aunque con la diferencia de que podemos ver a Batman contemplar al Joker como su semejante, colega de desgracias y compartir una carcajada demencial por su último chiste. 

Reír para no llorar.