Nuevamente me planteo la posibilidad del cambio radical en mi existencia.
Hace tiempo, creo que desde que cumplí los cuarenta, ya casi cuatro años hace,
que considero que estoy estancado y no voy a ninguna parte. Creo que hace
bastante me encuentro acomodado en la nube de confort de la seguridad económica,
un tanto mediocre y mentirosa, si preguntan, puesto que no me ofrece nada para
el futuro y apenas sustenta mis baratos gustos y pocas necesidades. El cambio
radical, a mi suponer me dará un objetivo de vida necesario para apartar esa nube
que poco a poco se solidifica frente a mí y se convierte en la montaña de la
cruda realidad ante la cual como única opción de enfrentamiento que considero
es el suicidio.
Ahora bien, si estimo que
el cambio radical puede ser lo único que salve mi vida o al menos le de un
sentido a su final, debería esforzarme en saber hacia donde enfocar dicho
cambio para poder ejecutarlo de forma adecuada. Tendré que pensar en todas las
vertientes de mi existencia como si se tratara de un río que en su desembocadura
al océano se fragmentara en muchos brazos que fraccionan su fuerza original y
que en lugar de irrumpir con el gran poderío del caudal imponiendo respeto a la
masa de agua superior en volumen que es el mar, más bien llegaría tímida a rozar
apenas las arenas de la playa. Es preciso pues, cerrar algunos de estos brazos
y unirlos en un caudal principal que reúna la fuerza y esencia del río original
y que desborde con energía contra el océano y que este se entere de la fuerza
de su nuevo visitante.
La anterior metáfora creo
que me da una pista sobre la clave principal de la cuestión del objetivo del
cambio radical buscado: EL TIEMPO. Aprovechar el tiempo debe ser la consigna.
La creatividad no puede esperar, aparece de pronto y si no la capto estando
disponible, no la podré utilizar como combustible para la nave que quiero tomar
para largarme de una vez de este planeta de mediocridad en el que la falta de
huevos me tiene encallado.
Ahora la cuestión es la
siguiente: ¿Cuáles son los brazos o canales que debo represar para aumentar el
caudal principal de mi río? ¿Cuáles naves debo quemar? Creo que ya se cual será la víctima de mi sacrificio personal y el dolor desde ahora me acosa y me asusta.
Esto me recuerda la
historia de Aryuna quien ante la disyuntiva de combatir contra sus parientes y
amigos con quienes había tenido felices vivencias, está a punto de dejar su
arco y evitar la batalla. Entonces Krisna con la revelación del Bhagavad Guita
le insta a luchar para imponer lo correcto, sin consideración a su sufrimiento
personal, el costo o la posible recompensa. El cumplimiento del deber moral, le
dice, tiene preferencia sobre cualquier otro propósito, ya sea espiritual o
material en esta vida. Ante un deber moralmente correcto y principal, se debe
sacrificar lo necesario para realizarlo.
Espero que no llueva
mañana por la madrugada, para salir a dar una vuelta con la bicicleta. Necesito
despejar la mente y endurecer el cuerpo.